Un informe del nuevo Observatorio del Crimen Organizado y Terrorismo (OCRIT) reveló que entre 2014 y 2024 los delitos violentos en la región aumentaron significativamente, con secuestros creciendo un 136% y homicidios un 100%.

En el marco del lanzamiento del Observatorio del Crimen Organizado y Terrorismo (OCRIT) en la Universidad Andrés Bello Sede Viña del Mar, se realizó un seminario en donde participaron autoridades regionales, académicos y expertos en seguridad, quienes coincidieron en la urgencia de articular una respuesta estatal más efectiva ante el avance del crimen organizado en la región.
En la instancia tuvo lugar la presentación del informe “Radiografía de la seguridad en Chile 2014-2024: Región de Valparaíso”, – elaborado por el OCRIT del Instituto de Políticas Públicas (IPP)-, que revela un incremento sostenido de delitos violentos en la última década. En él se destacaron alzas en secuestros (+136%), homicidios (+100%), porte de armas o explosivos (+63%), tráfico de sustancias (+23%) y extorsiones, que pasaron de un solo caso en 2014 a 25 en 2024.
Los datos indican que comunas como Quilpué, San Antonio y Viña del Mar lideran el aumento de secuestros, mientras que Quilpué y Cartagena concentran las alzas más altas en homicidios. El tráfico de drogas, por su parte, creció exponencialmente en comunas como Nogales (+6.100%) y La Ligua (+1.167%). En cuanto al porte ilegal de armas de fuego o explosivos, se registró un aumento del 550% en Los Andes, y del 367% en Cartagena, lo que refuerza la hipótesis de una expansión territorial del crimen organizado en zonas logísticas claves.
A nivel agregado, el índice delictual desarrollado por el OCRIT –que pondera frecuencia, gravedad y vinculación con el crimen organizado– mostró un aumento de 15,3 puntos porcentuales en la Región de Valparaíso entre 2014 y 2024, superando el promedio nacional (13 puntos). El peak se registró en 2023, con 131,8 puntos, reflejando un deterioro en la situación regional más acelerado que el observado a nivel país.
La investigación también identificó siete desafíos prioritarios para la implementación de la nueva institucionalidad, entre ellos: fortalecer la conducción política regional, mejorar la cooperación entre organismos, profesionalizar la gestión local de la seguridad, y descentralizar las capacidades de inteligencia.
El coordinador del OCRIT UNAB, Pablo Urquízar, señaló que “aunque la Región de Valparaíso no lidera todos los indicadores delictivos, sí muestra un aumento muy preocupante en delitos particularmente violentos, lo que refleja un cambio en la amenaza delictual. Este contexto obliga a repensar el rol del nuevo Ministerio de Seguridad Pública con foco territorial, coordinación interinstitucional y visión de largo plazo”.
El gobernador regional de Valparaíso, Rodrigo Mundaca, respaldó el diagnóstico, enfatizando que “somos la región más importante del país en infraestructura portuaria, pero también la más desigual, con más de 347 campamentos. Esta combinación genera condiciones estructurales que facilitan el avance del crimen organizado. A eso se suma una deficiente coordinación entre los entes responsables. Hay una ausencia clara de conducción política en materia de seguridad”.